La ergoespirometría es un estudio no invasivo de gran utilidad
para evaluar la condición física de cada persona, detectar problemas
cardiovasculares y valorar el nivel de entrenamiento en atletas aficionados o
profesionales.
PRUEBA DE ESFUERZO CONVENCIONAL VS ERGOESPIROMETRÍA
Una prueba de esfuerzo convencional consiste en la
realización de un esfuerzo físico, generalmente a través de una cinta sin fin o
una bicicleta, controlando el comportamiento cardiovascular con el esfuerzo,
midiendo continuamente la actividad electrocardiográfica, las modificaciones de
la tensión arterial (TA) y la respuesta clínica del paciente.
La prueba de esfuerzo con consumo de oxígeno, también
conocida como ergoespirometría, nos permite conocer la relación entre los
aparatos respiratorio, cardiovascular y sanguíneo, realizando una prueba de
esfuerzo convencional asociando un analizador de gases, que valora el consumo
de oxígeno y la producción de dióxido de carbono. Su principal virtud es que
mide de forma directa todos los parámetros que evalúa.
Las pruebas de esfuerzo deben ser realizadas con el control
de un médico especialista en Cardiología o en Medicina del Deporte.
Generalmente se utilizan cicloergómetros (simulación del ciclismo) o tapices
rodantes (simulación de la carrera a pie).
Existen distintos protocolos para la realización de la
prueba de esfuerzo, con o sin analizados del consumo de oxígeno. Todos los
protocolos coinciden en que la prueba comienza con una carga relativamente
suave, para ir incrementando dicha carga progresivamente hasta que el sujeto no
es capaz de responder a la exigencia externa que se le solicita. Los protocolos
pueden ser de carga continua o de carga discontinua. Los protocolos de carga
discontinua se caracterizan por incluir descansos entre escalón y escalón del
aumento progresivo de la carga. En estos descansos se aprovecha para tomar
muestras de lactato y presión arterial. No todas las pruebas de esfuerzo
incluyen estos parámetros.
PARÁMETROS REGISTRADOS
Como parámetros fundamentales que son medibles en una prueba
de esfuerzo, los más relevantes serán:
- Consumo de oxígeno (VO2) en ml/kg/min o en l/min
- Frecuencia cardiaca (FC) en pul/min y TA
- Potencia (Pot) en watios (W) en el caso del cicloergómetro
- Velocidad (Vel) en km/h en el caso del cinta rodante
Otros parámetros también interesantes, aunque no tan útiles
para el control del entrenamiento serán:
- Concentración de lactato (Lact) en sangre en mmol/l
- Producción de dióxido de carbono (VCO2) en l/min
- Cociente respiratorio (RER) entre el VO2 y el VCO2
- Pulso de oxígeno (VO2/FC) en ml/lat
- Ventilación pulmonar (VE)
- Ritmo Respiratorio (RR) en rep/min
INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS
Todos estos parámetros, e incluso otros más, dependiendo del
protocolo y de la tecnología utilizada, son recogidos constantemente a lo largo
de la prueba. Finalizada la misma, los datos son analizados y se establecen
unas “zonas de entrenamiento”, delimitadas por el umbral aeróbico, el umbral
anaeróbico y el consumo máximo de oxígeno (VO2máx)
El umbral anaeróbico nos indica el VO2máx a partir del cual
el deportista podrá seguir aumentando la carga externa aunque a costa de
involucrar en mayor media a vías energéticas anaeróbicas. La prueba de esfuerzo
nos indicarán cuál es el VO2máx del deportista. A dicho VO2máx le corresponderá
una FC y una potencia de pedaleo o una velocidad de desplazamiento (unque la FC se comporta como un
parámetro altamente variable, es el más fácil de medir durante el
entrenamiento)
Igual que en la prueba nos indicaba la FC y la Potencia o la Velocidad que corresponde
a nuestro VO2máx, nos indicará la
FC y la
Potencia o la
Velocidad que corresponde a nuestro Umbral Anaeróbico.
Estos datos nos permiten valorar nuestra preparación y
cuales con las posibilidades reales en el deporte que realizamos. El indicador
fundamental que nos delimitará nuestras posibilidades será el VO2máx. El VO2máx
corresponde a la capacidad máxima del deportista para coger oxígeno del aire y
llevarlo hasta los músculos para su utilización. Será por tanto un parámetro
fundamental en el rendimiento deportivo de una especialidad de larga duración
como el triatlón, el ciclismo o los corredores de fondo. El VO2máx viene, en
gran medida, determinado genéticamente; y aunque podremos mejorarlo con el
entrenamiento, el margen no irá más allá de un 15-20%.
Un sujeto “normal” tendrá un VO2máx del 45ml/kg/min
aproximadamente, mientras que un deportista de fondo a nivel medio estará su
VO2máx en 55-65ml/kg/min. No es claro si este mayor consumo de oxígeno es
debido a la práctica regular de ejercicio aeróbico desde la infancia, o
simplemente que sus cualidades genéticas le han llevado a escoger aquella
modalidad deportiva para la que está mejor capacitado. Un triatleta de élite
alcanza frecuentemente niveles cercanos a 80ml/kg/min.
El umbral anaeróbico (AT) se define como la zona de carga en
la cual la producción de ácido láctico es superior a la capacidad del organismo
para su eliminación o resíntesis. Cuando trabajamos en una intensidad inferior
al AT, la fatiga aparecerá por el vaciamiento de las reservas energéticas, lo
cual puede alargar mucho la duración del ejercicio. Cuando superamos esta zona
de AT, la fatiga viene provocada por la acumulación de ácido láctico y el final
del ejercicio no estará muy lejos si se continúa a esta intensidad. Así, el
deportista que sea capaz de desplazarse a una mayor velocidad sin superar el
AT, tendrá la capacidad de mantener esta velocidad durante mayor tiempo. Es
decir, cuando dos triatletas corren a 20km/h, uno de ellos puede estar
acumulando ácido láctico, mientras el otro todavía no ha superado su umbral
anaeróbico.
El VO2 en umbral anaeróbico suele encontrarse en torno al
80% del VO2máx. y gracias al entrenamiento puede aumentarse hasta el 90 o
incluso al 95% del VO2máx. Si en nuestra prueba de esfuerzo al comienzo de la
temporada encontramos el AT al 82% del VO2máx, es un indicador de que debemos
entrenar a esta intensidad para seguir mejorándolo, y que además tenemos un
amplio margen de mejora. Si por el contrario hemos realizado la prueba de
esfuerzo una semana antes de la competición más importante, y el AT está al
82%, es un claro indicador de que nuestro nivel de condición física no es el
óptimo para afrontar la competición.
Muchos deportistas tienen la duda de si su FC es alta o
baja, y qué es lo mejor. La FC ,
además de ser muy variable en cada situación, es un parámetro muy personal de
cada deportista. La fórmula extendida de FCmáx=220-edad, no es válida cuando
estamos hablando de mediciones tan precisas como las de una prueba de esfuerzo
y con poblaciones tan particulares como los deportistas de fondo. La tendencia
con el entrenamiento aeróbico es que la FCmáx tienda a disminuir, ya que el corazón
prefiere aumentar el Gasto Cardiaco (sangre necesaria para cubrir las demandas
del organismo) mejorando el Volumen Sistólico (cantidad de sangre expulsada del
corazón en cada latido) antes que aumentando la FC. No obstante, el
deportista que sea capaz de alcanzar una FC más alta, también tendrá mayor
margen a la hora de aportar grandes cantidades de oxígeno a los músculos
activos. En resumen, no hay una norma fija, y triatletas de alto nivel
presentan FC por encima de las 220pul/min, y otros triatletas del mismo nivel
no superan nunca las 190pul/min.
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